Y para que te admire la palabra,
observa el calor del Sol que se hace vino,

junto al humor que de la vid se cuela. Dante. Divina Comedia: Purgatorio Canto XXV, siglo XIV

En Can Bas creemos que el vino es cultura y creemos en la cultura del vino.

En Can Bas nos sentimos depositarios del conocimiento y del legado de las generaciones que nos han precedido. Un conocimiento que deseamos preservar para volcarlo en el cuidado de nuestras viñas y afianzar la excelencia de nuestros vinos.

En Can Bas tenemos un compromiso con el presente. Un compromiso que expresamos a través del trabajo, el respeto por nuestros payeses y la vigilancia constante sobre cada viña, cada cepa, cada racimo o cada botella que reposa en el interior de nuestra bodega.

En Can Bas, nos alimenta un sueño que nos desvela, nos ilusiona y nos hace confiar en el valor de nuestra labor. Tu formas parte de este sueño. Tú que también estás convencido de que el vino es cultura y convienes que es cultura lo que hay detrás de los vinos de Can Bas.

El legado

El legado

La vid es una planta humanizada Tim Unwin. Wine and vine, 1996

En Can Bas nos gustar tocar de pies en el suelo. Sabemos que son incontables las generaciones que nos han legado su conocimiento sobre la viña.

Hombres y mujeres domesticaron la viña alrededor de 8.000 años atrás. Mediante la observación, la experimentación y el trabajo convirtieron la vitis silvestrii, una especie borde, en una planta fructuosa y muy apreciada conocida como vitis vinifera.

Con el tiempo aprendimos a tratar la viña. La emparramos para que no se arrastrase; pensamos cómo distribuirla adecuadamente sobre el terreno; la plantamos y reprodujimos según el método que más convenía; pensamos en podarla para que diera racimos más sanos y buenos; y también que si la injertábamos sobre pies americanos evitaríamos la filoxera i dispondríamos de la variedad de cepa más adecuada para cada parcela... A eso, habría que sumar el trabajo continuado sobre la tierra, la diligencia puesta en la prevención de las enfermedades, y las continuas mejoras en la elaboración y crianza de nuestros vinos.

Desde Can Bas, queremos reconocer que el paisaje vitivinícola que hoy nos rodea es el legado de las personas que nos han precedido. De ellas hemos aprendido maneras de hacer, pero también de ser. Hemos aprendido a cuidar la tierra i a trabajar la viña con el respeto y la estima que se merece.

El sueño

El sueño

Soy jardinero de sueños,
y lo que hoy te robo te lo devolveré
mañana, labrado con el fuego ardiente
del sol y la reja de la luna. Ali ibn Jalaf al-Laridi. El jardinero de sueños, siglo XII

En Can Bas hacemos nuestro trabajo con la cabeza erguida y siempre miramos adelante, aunque también nos sentimos fuertemente arraigados tanto al presente de nuestro dominio como al pasado que lo ha hecho posible.

En Can Bas tenemos un líder que guía nuestro sueño, que estimula y acompasa nuestro día a día. Un hombre de su tiempo, de ideas claras, de mirada límpida y trato afable.

Es Pere Ventura, el propietario de Can Bas. Un hombre con los pies bien arraigados en el suelo, siempre dispuesto a poner manos a la obra y que, cabeza en alto, nunca deja de pensar en mañana.

Impregnados de su espíritu, en Can Bas tenemos la mirada puesta en el futuro. Imaginamos, probamos, experimentamos, innovamos y procuramos transformar el presente de la viña y del vino.

Contagiados del talante de Pere Ventura, nuestra idea del vino responde ante todo a un deseo: Elaborar los mejores vinos y procurarte felicidad. Sólo después de que los hayas saboreado estaremos seguros de haberlo conseguido.

En Can Bas tenemos un sueño: llegar a ti, complacerte.

El trabajo

El trabajo

El hombre piensa porque tiene manos Anaxàgores
(citado por Aristóteles en Περὶ ζώων μορίων, siglo IV aC)

En Can Bas no hay día del año sin quehacer. Las manos son nuestro capital, nuestra principal herramienta. Con las manos trabajamos, pensamos, decidimos.

En Can Bas consideramos que la viticultura y la vinicultura no son ciencias exactas. Son más bien una práctica sostenida por la intuición, la experiencia, el sacrificio, la perseverancia, la obstinación, el buen juicio y la inquietud de innovar que la curiosidad remueve. Y todo ello, impulsado por el trabajo que nuestras manos dedican tanto a la viña como a la bodega.

En Can Bas, ponemos todo nuestro empeño para adaptar el calendario de las labores de la viña a las necesidades de cada parcela, de cada variedad o de cada cepa en particular, siguiendo un escrupuloso código de buenas prácticas. Y cuando llega el momento de vinificar somos aún más meticulosos. Las tareas de la bodega exigen todo nuestro esmero y atención.

Para Can Bas, ofrecerte nuestros vinos -tanto si vienes a casa, como si son fruto de tu elección- será siempre un privilegio y una responsabilidad.