La marca

El nombre Can Bas que hoy designa la marca de nuestros vinos y del dominio vinícola se remonta al año 1668.

En Cataluña, es tradición nombrar las casas de campo –sean grandes o pequeñas- con el nombre del propietario precedido por el vocablo Can, que significa casa de. Así pues, el gentilicio Can Bas significa casa del señor Bas. A pesar de que la finca y la explotación agraria ya existían en la edad media, el nombre que ha perdurado hasta hoy se originó a finales del siglo XVII.

En recuerdo de ese momento, el logotipo CAN BAS adopta un cuerpo tipográfico de familia romana en caja alta; clásico, esbelto e inscrito en un marco rectangular rematado con volutas de inspiración barroca.

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En honor a la antigüedad y a los orígenes medievales del dominio vinícola, la marca CAN BAS se distingue también por su imagotipo. Se trata de una cruz griega encuadrada dentro de una figura romboidal de composición centrífuga, poco habitual en nuestras tierras. Esta cruz corona el campanario de espadaña de Sant Joan Salerm, la iglesia románica propiedad del dominio Can Bas que vio nacer casa, viñas y cultivos. La cruz es el símbolo de esta casa, testigo de su historia y de su evolución. La cruz representa la encrucijada en donde confluyen tierra, tiempo, hombres, viñas y vinos.

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Finalmente, en homenaje a las raíces mediterráneas del dominio vinícola Can Bas y en tanto que expresión de su ideario, la marca CAN BAS establece el azul como color corporativo. Un azul profundo, cálido, plácido, luminoso, reverberante; símbolo de confianza y de sinceridad. Un azul que es metáfora del tiempo y signo de un espíritu. El azul honra a todos los que hemos hecho posible que Can Bas sea Can Bas.